¿CÓMO PLANIFICAMOS?

4 09 2008

«Planear: preocuparse por encontrar el mejor método para encontrar un resultado accidental». Bierce

Llevamos meses leyendo, haciendo acopio de unos conocimientos teóricos sobre investigación educativa, pero es precisamente en este momento cuando tenemos que realizar una propuesta de planificación. ¿Qué tenemos que hacer para lograr los objetivos planteados, en este caso, centrados en el desarrollo de la competencia informacional y digital a través de la TIC en el currículo de Bachillerato?

Los autores que han teorizado sobre la investigación-acción, en nuestro caso con particular atención a Elliot como principal promotor de la perspectiva interpretativa en la investigación-acción en la que nos proponemos desenvolvernos, apuntan la existencia de una espiral en ciclos sucesivos de desarrollo constituida básicamente por cuatro pasos: reflexión inicial-reconocimiento, planificación, la propia acción (puesta en práctica y observación) y reflexión.

En este post vamos a referirnos, desde la perspectiva del proyecto, a la planificación. ¿Qué pensamos hacer durante este curso escolar en el ámbito del objeto de investigación para obtener los objetivos pretendidos? Y aquí surge la necesidad de mantener un equilibrio entre la necesidad de un plan preconcebido bastante estructurado de partida pero, al mismo tiempo, con los elementos de flexibilidad necesarios para que sea revisable regularmente, redefinible incluso en aspectos muy básicos. Aquí los autores tienden a subrayar la necesidad de fijar, al menos para arrancar, de una temporalización y secuenciación de acciones de referencia, con una formulación general de objetivos, pero también unos iniciales o de arranque, de consecución pretendidamente inmediata, de muy bien podríamos definir como objetivos operativos, útiles para fijar metas alcanzables en un periodo de tiempo corto, por ejemplo, medio trimestre o un trimestre entero.

La investigación-acción la planteamos ejecutar a lo largo del presente curso escolar. A tal efecto, dividimos el curso en tres trimestres. Al final de cada uno de ellos habría una evaluación general exhaustiva y una revisión global de la acción, incluso de la concrecion de los objetivos generales vistas las posibilidades reales de ejecución: previsibilidad de logro. Cada trimestre se dividiría en dos periodos, con objetivos específicos revisados para cada uno de ellos a partir de la acción, y en el arranque del primer trimestre, del diagnóstico inicial, que nos proponemos desarrollar durante las dos primeras semanas del curso (2.ª quincena de septiembre).

A modo de ejemplo, un objetivo operativo con el que estamos trabajando ya es el de «formular una propuesta inicial de estándares o indicadores de la competencia para su reconocimiento y evaluación inicial en los estudiantes del grupo». Para este fin, contemplamos la elaboración de aglunos instrumentos de recogida de datos como un cuestionario de autoevaluación inicial a cumplimentar por los propios estudiantes, ademaás de una plantilla sistematizada para la recogida de información por parte del profesor-investigador a partir de la observación participante de éte en un ambiente de actividad escolar.